REDD+
Breve Historia
El origen de REDD+ se remonta a una propuesta presentada por Papua Nueva Guinea y Costa Rica en la 11ra Conferencia de las Partes (COP 11, Montreal, Canadá) a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático como modelo y marco de mitigación del cambio climático. Posteriormente en la COP 13, la reducción de emisiones por deforestación y degradación forestal –en países en desarrollo – fue expandida para incluir medidas de conservación forestal, manejo sostenible de los bosques y mejora de las reservas de carbono en bosques, esta “versión original expandida” configuró, finalmente, a REDD+, luego del progreso en discusiones sucesivas dentro de la CMNUCC (Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático).
Posteriormente, el Acuerdo de París (2015) convoca a las partes/Estados firmantes (entre ellos Argentina) a presentar ante la CMNUCC sus “Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional” (NDC, por sus siglas en inglés) con el objetivo global de “mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2°C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5°C con respecto a los niveles preindustriales, reconociendo que ello reduciría considerablemente los riesgos y efectos del cambio climático.”
La Contribución Nacional se logrará a través de la implementación de una serie de medidas de mitigación a lo largo de la economía, focalizado en los sectores de Energía, Bosques, Transporte, Industria e Infraestructura (incluyendo residuos).
En relación al ítem “bosques” se ha desarrollado el Plan de Acción Nacional de Bosques y Cambio Climático (futuro REDD+ a nivel Nacional).La implementación de REDD+ implica la identificación de los componentes clave de REDD+, su financiamiento, el desarrollo de Políticas Nacionales y sub-nacionales en concordancia, la evaluación de impactos y salvaguardas, junto a un criterio de transversalidad y gobernanza multidimensional y multi-actoral.
PLAN DE ACCIÓN NACIONAL DE BOSQUES Y CAMBIO CLIMÁTICO
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CAMBIO CLIMÁTICO
Niveles de incidencia por sector
A modo de síntesis, el proceso natural que permite la vida en nuestro planeta conocido como “efecto invernadero” se ha visto potenciado a través de las acciones humanas (antropogénicas) conduciendo a modificaciones y variaciones climáticas en forma rápida y de consecuencias impredecibles.
El aumento de los “gases de efecto invernadero” (GEI) se correlacionan con las siguientes fuentes:
A nivel Nacional (Argentina) se estableció la siguiente incidencia:
Fuentes del aumento de gases de efecto invernadero al año 2000 a nivel global:
Ese 15,6 % de emisiones vinculadas a los bosques puede, a su vez, ser analizado a mayor profundidad como se observa en la siguiente imagen.
De lo cual se desprende que casi el 90% de las emisiones provenientes de los bosques son debidas a la deforestación y cambio de uso del suelo.
Es evidente la importancia de implementar REDD+ con el fin de disminuir la emisión de GEI provenientes del sector forestal y potenciar el almacenamiento y captación de los mismos. Es decir, proteger los bosques evita aumentar la temperatura global a la par de disponer de un sumidero (captación) de GEI, entre otros indispensables servicios ecosistémicos que brindan.
REDD+
Como oportunidad o fracaso global
Luego de 10 años de “existencia de REDD+” aún persiste cierta confusión y los actores no distinguen entre REDD+ como el RESULTADO de la reducción de emisiones y REDD+ como el MARCO para lograrlo.
Todo enfoque unilateral conduce a resultados sesgados. El verdadero desafío lo constituye generar debates amplios e inclusivos, donde la realidad territorial ajuste a la gestión y viceversa, dentro de un loop positivo de retroalimentación permanente. La genuina transversalidad y gobernanza debe incluir el compromiso efectivo de la totalidad de implementadores como actores primarios relevantes para la consecución de un mismo objetivo.
La articulación de Organismos y Organizaciones Internacionales, Estados Nacionales y Sub-Nacionales, Organizaciones de la Sociedad Civil, Sector Privado y Académico y,
FUNDAMENTALMENTE, pobladores y comunidades que viven y dependen de los Bosques constituye el aspecto nodal que, organizados en forma horizontal y solapando roles específicos, puede conseguir y demostrar resultados concretos.
Por lo tanto, REDD+ constituye un simple instrumento cuyo éxito depende de un cambio de paradigma de organización y participación global, la cual no habla en sí de los bosques sino de nuestra capacidad como humanidad para hacer frente a la actual crisis climática.
Este enfoque requiere generar empatía, marcos de confianza y redistribución equitativa de riesgos y beneficios (derechos y obligaciones), sin disponer de mayor tiempo ni precedentes. Basados en la problemática actual a la que se enfrenta la comunidad global en sí, la envergadura siempre excederá la capacidad y compromiso de unos pocos individuos.